La Fiera MAXI RODRIGUEZ - Biografia
Maximiliano Ruben Rodriguez

 


Nombre:
Maximiliano Rubén Rodriguez
Fecha nac: 1981-01-02
Lugar nac: Rosario,Santa Fe, Argentina
Equipo:
Atlético de Madrid
Nacionalidad: Argentina e Italiana

Maxi Rodríguez, el don de la oportunidad

De Maxi se pueden destacar muchas virtudes: su pegada, su pundonor, su jerarquía, su clase... pero por encima de todas ellas la que mejor le define es su oportunismo. Que el partido está atascado y sin visos de ser resuelto, llamen a Maxi para que lo arregle. El argentino tiene solución para todo.

La tuvo para superar su primer año en Barcelona, la tuvo para ir abriéndose paso en la 'Albiceleste' hasta llegar al Mundial de Alemania 2006 y la está teniendo este año para empujar a los colchoneros hasta el puesto que les corresponde: la Liga de Campeones. Su esfuerzo no puede quedarse sin premio así que, rojiblancos, vayan festejando... 

Hambre... de fútbol

Maxi tuvo que aprender a ganarse la vida él solito desde muy pequeño. Su infancia es una historia de superación personal que tuvo éxito gracias al único y constante apoyo de su madre Claudia. Ella fue quien le echó un cable una vez tras otra y si hoy Maxi es una estrella del fútbol mundial es en gran parte gracias a ella.

Su historia futbolística comienza en Rosario, en Newell's Old Boys, el equipo leproso. El pequeño Maxi se crió a pocas cuadras de su estadio, el Coloso del Parque, y claro, desde entonces, los colores rojinegros ya nunca salieron de su corazón. Tal es su pasión por el club rosarino que cuando el Atlético vestía fuera de casa su camiseta azul y oro, idéntica a la de su archienemigo Rosario Central, Maxi se colocaba debajo otra con el escudo de Newell's "para que esos colores no tocaran mi piel".

Y es que Maxi es un tipo pasional. Su implicación en el equipo es tal que grita cada gol como si fuera el último. Por ello, basta con ver cómo se le transforma la cara cuando vacuna para la Albiceleste. Y cuanto más joven, más grito. Así, los cuatro goles que anotó en el Mundial Juvenil de 2001 que ganó otra generación excepecional de futbolistas argentinos son el mejor ejemplo de que sin pasión no se puede llegar lejos. Sobre decir que levantó la Copa del Mundo, claro.


Escala en Barcelona

Aquel Mundial Juvenil y los quince goles en treinta y tres partidos de su última temporada en Newell's le valió la trasferencia al Espanyol de Barcelona. De pronto, su vida dio un vuelco. Maxi, un chico de pueblo como él mismo se reconoce, se vio, de pronto, viviendo en una gran ciudad como Barcelona. Hasta allí llegó con la ilusión de ganarse un puesto en Europa y de crecer como persona.

El proceso, por supuesto, fue más complicado de lo esperado. Su adaptación fue difícil y aunque el jovencísimo Maxi no consiguió rendir al 100% de sus posibilidades, nuncá desapareció de los onces periquitos.

Tras dos años mostrándose como un jugador regular que siempre cumple, al tercer año, la Fiera despertó. Anotó quince goles en treinta y siete encuentros que contribuyeron activamente a la salvación españolista y le valieron el fichaje por el Atlético de Madrid. Maxi llegaba a un grande.


Pieza clave en el Atlético

En el Atlético las cosas le están saliendo de fábula. Su desempeño sobre el césped y su acierto de cara al gol en los momentos cruciales le han elevado al panteón de los ilustres rojiblancos. Es tal la admiración que despierta en la grada y en el vestuario, que su ausencia es sinónimo de fatalismo.

Sin ir más lejos, en su primer año como colchonero, una inoportuna lesión de privó de jugar el último tramo de la Liga. El equipo echó demasiado en falta sus llegadas desde atrás y la parroquia rojiblanca se quedó sin festejar la anisada entrada en Europa. Hoy, una temporada después, son muchos los que apuntan que el equipo se quedó fuera de las competiciones continentales por su ausencia.

Un gol que dio la vuelta al mundo

Aquella lesión le impidió participar en los últimos compromisos ligueros del Atlético, pero, sin duda, le ayudaron a llegar al Mundial en la mejor forma posible. Maxi Rodríguez, como siempre, cumplió con su cometido a la perfección e incluso regaló a los aficionados de todo el planeta el Gol del Mundial: una volea perfecta ante México, anotada, según reconoció después, con la "zurda de dios". O sea, con la de Maradona.

Aquel gol y aquel Mundial devolvieron su nombre a las primeras planas, despertando el interés por ficharle de los grandes clubes europeos. No hubo trato porque para él, el Atlético y Argentina son, ahora mismo lo máximo. El quiere triunfar despacito y con buena letra algo que, con su ambición, tiene visos de hacerse realidad en un futuro no muy lejano.






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