Habla La Fiera
A Maxi Rodríguez —la rueda de auxilio de la Selección— le dicen también "el socio del silencio". Su despliegue, la forma de destaparse para recibir sólo, el toque y la definición lo catapultaron en el esquema de Pekerman.
Dice no exagerar y asegura que a los 3 años andaba pegándole a cada pelota que andaba dando vueltas en su barrio de Bella Vista allá en Rosario. Nació el 2 de enero de 1.981 en un barrio 2Leproso1 y cuenta que más de una vez se llevó un chirlo por andar tanto detrás de la pelota y poco de los libros: "Mi vieja me retaba bastante, me acuerdo que era liero y que la pelota me llamaba mucho", cuenta ahora Maxi Rodríguez a una semana del debut ante Costa de Marfil a pura sonrisa y entusiasmo en una charla con Clarín.
Y en cuestión de contar anécdotas, agrega que el apodo de La Fiera está bien pegado a él en Rosario: "Nadie me llama Maxi en mi barrio. Allá soy La Fiera, me lo puso un técnico de inferiores de Newell's cuando jugaba infantiles y tenía nada más que 7 años. El decía que ponía demasiado para tener nada más que esa edad y el apodo me acompañó en todas las inferiores hasta ahora".
Pero si alguien define a La Fiera Maxi Rodríguez como "el socio del silencio, no le anda errando demasiado, estará en lo cierto. Porque Maxi no estaba en los planes de muchos a la hora de formar el 11 ideal de José Pekerman. El entusiasmo de ver todos juntos a Messi, Riquelme, Saviola y Crespo desde el arranque lo eliminaba a él de los titulares, pero Maxi es puro equilibrio, y entonces, se sabe, es número puesto para el debut en la cabeza de Pekerman...
—¿Sentís que le ganaste una pulseada a la gente que ahora te reconoce como fundamental?
—No se trata de eso, yo no le gané una pulseada a nadie. Lo mío siempre fue sacrificio y no iba a ser diferente ahora. Quizás para muchos es más atractivo el juego de otros que el mío, pero de eso se trata el fútbol. Yo trabajo en cada entrenamiento para que el entrenador sepa que quiero estar y que puedo estar.
—¿Cuál es tu primer recuerdo de un Mundial?
—El de Italia 90, era chico pero me acuerdo. Yo los vivía con mis amigos y no me olvido más de estar con ellos mirando los partidos y después saliendo a festejar. Lo mismo en los otros mundiales y hasta en el pasado de Corea-Japón en el que yo estaba de vacaciones antes de irme al Español de Barcelona y lo vi con todos ellos.
—¿Te imaginabas estar acá en aquél momento?
—La verdad, yo no me veía. Mis amigos sí. Y me decían que se iban a juntar como si yo estuviera allá para alentar al equipo y a mi en especial, espero que cumplan. Esto es un sueño desde siempre de cada uno de los jugadores que estamos acá.
—¿Qué nombrás primero como característica del grupo?
—El compañerismo y el entusiasmo. Vamos mejorando día a día por más que faltan ajustar cosas. Estas semanas nos vienen muy bien para trabajar sobre esas fallas. Nos sirvió mucho el partido ante Angola porque creo que fuimos siempre protagonistas y entonces debemos tomar esa actuación como guía.
—¿El de Argentina sigue siendo el "grupo de la muerte" o eso ya quedó en el olvido?
—Al principio esos eran los comentarios lógicos porque Costa de Marfil, Holanda y Serbia y Montenegro son buenos equipos. Pero yo estoy seguro de que ellos también nos respetan a nosotros. Y todos saben que si Argentina está bien es candidato seguro.
—¿Se parecen en algo este equipo y aquél campeón Sub 20 de 2001 en el que vos fuiste importante?
—Son dos equipos diferentes porque ya la mayor es diferente a la juvenil. Aquél equipo era muy bueno y este también. Una de las virtudes que tenemos es que somos elásticos. Podemos jugar con línea de tres y de cuatro sin problemas porque varios de nosotros nos adaptamos fácil por ser polifuncionales.
—¿Que te adaptés a varios lugares de la cancha es tu mayor virtud?
—Puede ser, pero a mí me gusta jugar más por derecha. Igual trato de jugar en varios puestos porque esa variante es buena para el entrenador y para mí mismo a la hora de estar. Yo lo que quiero siempre es darle mucho al equipo.
—Por el desgarro y el parate de casi dos meses que tuviste, ¿te asustaste en algún momento y pensaste que se complicaba todo?
—Y... pensás en todo, obvio. Yo venía muy bien por todo lo logrado en el Atlético Madrid, pero esa lesión me paró casi dos meses por lo que perdí un poco de ritmo. Por suerte me recuperé a tiempo y ya estoy a pleno. Metí 15 goles en el año, que es una buena cifra para un volante.
