La Fiera MAXI RODRIGUEZ - Maxi en olé
Maximiliano Ruben Rodriguez

 

"Lo que más me sorprendió fue el llamado de mi ídolo"

De pibe fantaseaba con ser Simeone y el Cholo apareció en su celular apenas se lesionó una rodilla. A tres días de volver a jugar oficialmente, Maxi Rodríguez habla de la Selección, de Basile y de la Copa América. 


La operación fue a la mañana y a la noche sonó el celular. Cuando escuché: ''Maxi, habla el Cholo'', me emocioné". A la distancia y por teléfono, es difícil darse cuenta cuando un protagonista se conmueve con su relato. Pero a Maxi Rodríguez se le nota. Tal vez porque le recuerda uno de los días más difíciles de su carrera. O quizás porque habla de esa llamado que seguramente soñó desde chiquito, cuando corría con la pelota pensando en algún día ser como Diego Simeone, ídolo suyo y del Atlético Madrid, equipo en el que juega. Hoy, ya recuperado de la rotura de ligamentos cruzados de la rodilla izquierda que sufrió hace seis meses jugando para la Selección contra España, la Fiera está a un paso de volver: el sábado irá al banco contra el Betis y casi seguro jugará algunos minutos luego de 199 días. Por eso, mientras mata la ansiedad de las horas previas, el volante palpita su posible regreso a la Selección con Olé.

—Entonces, de los llamados que recibiste en este tiempo, ¿el del Cholo fue el que más te tocó?

—Sí, me sorprendió porque me llamó mi ídolo. También hablé con Heinze, Figueroa, Gonzalo Rodríguez y hasta con Xavi, del Barcelona. Pero cuando pateaba de pibe, yo lo nombraba al Cholo y a Saldaña, el de Newell''s. Imaginate lo que significa para mí. Aparte, no es que tenemos una relación... Lo conocí cuando yo era sparring de la Selección y él estaba en la Mayor. Por eso me puso feliz que, de repente, me llamara.

—Encima, en tu club es casi Dios para la gente.

—Sí, hasta eso me pasa. La gente del Atlético lo quiere mucho: dejó una gran huella. Ojalá que algún día me dirija, me encantaría.

—En tus épocas de sparring, ¿charlaste con él?

—Siempre me daba aliento. "Seguí así que vas a llegar", solía decirme. También me aconsejaba mucho Sensini. Pero lo del Cholo era único. Después tuve la suerte de enfrentarlo jugando para Espanyol en un partido contra la Lazio. Ahí le cambié la camiseta. Son recuerdos para siempre.

—¿Cómo estás hoy, recuperado y cerca de jugar?

—La pierna me respondió muy bien. Es una lesión que cuesta y te bajonea al principio, porque es todo lento y parece que no vas a volver nunca a jugar. Pero ahora estoy ahí, listo.

—¿Cómo juega en tu cabeza la chance de volver a la Selección con la Copa América tan cerca?

—Es un objetivo que lo tengo en la mira. Tampoco quiero pensar mucho para no dar un paso atrás. Quiero seguir en esta línea, primero jugar partidos para el Atlético... Pero al mismo tiempo trabajaré para volver a la Selección y que el técnico me considere.

—Bueno, Basile siempre habló bien de vos...

—Sí, lo sé. Y se lo agradezco, me llena de orgullo cuando leo en Olé que habla bien de mí. Es una de las cosas que me da fuerzas, porque fue poco tiempo el que compartí con él, apenas dos días. Y sólo hablamos cosas básicas para ese amistoso con España en el que después me lesioné. Ojalá que me sigan teniendo en cuenta para la Copa. Sé que cuento con el respaldo de ellos.

—¿Te llamó también?

—Sí, hablé con él y con Ribolzi, a quien conozco porque lo tuve de técnico en Newell''s. Siempre me dieron tranquilidad. Me pidieron que no me apure, que no quiera volver a los cinco meses. Eso te ayuda.

—¿La voz del Coco te motiva hasta por teléfono?

—Sí, sí, ja. Y más cuando son palabras del técnico de la Selección. Cada vez que aparece el numerito de la AFA en mi celular me pongo contento. Porque mejor que la Selección Argentina no hay nada para mí.

—¿Te considerás un jugador ya identificado con la celeste y blanca?

—No sé si decirlo así. Es mejor que lo digan los demás. Yo me siento valorado. Me pasó en la época de José (Pekerman), en la que estaba con mucha confianza. Siempre estoy ansioso por defender la camiseta de mi país.

—Repasando tu historia en la Selección, ¿con qué momentos te quedás?

—Con muchos. Haber estado en el Sub 20 y ser campeón de un Mundial jugado en tu país fue muy importante. Hasta provocó que mi nombre se conociera en Buenos Aires, ya que cuando uno es del Interior se hace más difícil. Ese título, encima, me abrió las puertas de Europa. Y después, claro, haber jugado el Mundial de Alemania con la Mayor fue muy groso para mí, más allá de la espina con la que nos quedamos.

—¿Cómo fue el trato con la gente post Mundial?

—Cambió. En mi caso para bien. Más en Buenos Aires, donde no era una cara tan conocida. Me veían y escuchaba: "Ahí va Maxi, el del gol a México". Es lindo que te lo recuerden así.

—¿Y en Rosario?

—Antes me quería el 60% de la ciudad, je... Pero los de Central también estuvieron bien, algunos se acercaron y me felicitaron, a pesar de que saben que soy de Newell''s. Allá ahora me identifican más como jugador de la Selección.

—¿Cuántas veces volviste a ver ese gol a México?

—Enseguida, después del Mundial, una sola vez.

—¡¿Una sola?!

—Lo que pasa es que la eliminación fue un golpe duro y era como que no quería saber más nada. Yo no vi la semi ni la final, ni nada. Busqué hacer otras cosas que no tuvieran que ver con el fútbol. Para olvidar. Igual, ese dolor se irá si me toca ir al próximo Mundial. En cuanto al gol, lo volví a ver más seguido ahora en Madrid. Buscaba cosas que me levantaran el ánimo durante la recuperación.

—Al menos lo hiciste famoso a tu abuelo...

—Sí, ja. Cuando volví a Rosario le hacían más notas a mi abuelo que a mí, je. Era curioso. Pero él se lo merece por todo el esfuerzo que hizo para que yo jugara el fútbol. Siempre me llevaba a jugar a Malvinas, el club donde me inicié. Y además, siempre me insistió para que aprendiera a pegarle con la zurda. Gracias a él llegó ese zurdazo en el Mundial del que después hablaron todos.

—¿Qué técnico te marcó en la Selección?

—Pekerman fue muy importante para mí. Fue el que me sacó más jugo. Me convocó de chico, me llevó al Sub 20, me dio confianza en el último Mundial, me enseñó mucho. Y también recuerdo a Ribolzi, quien me dio una continuidad en Newell''s cuando yo tenía 18 años. ''Conmigo vas a jugar'', me dijo. Y cumplió. Después, a Bielsa lo tuve poco, pero es un buen DT.

—Ahora vas a volver a hablar con Agüero y Leo Franco de la Selección...

—Sí, seguro. Es un tema recurrente. Por suerte, ahora que estoy recuperado, volverá la pregunta que nos hacemos en cada convocatoria: "¿Te llamaron?".





 
Hoy habia 4 visitantes (6 clics a subpáginas) ¡Aqui en esta página!
Este sitio web fue creado de forma gratuita con PaginaWebGratis.es. ¿Quieres también tu sitio web propio?
Registrarse gratis